Mostrando entradas con la etiqueta colombina. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta colombina. Mostrar todas las entradas

2 sept 2008

PANTOMIME



Mila Vilotijevic, accompained at piano by James Vaughan, dedicates to all her friends this interpretation of the "Four Chansons de Jeunesse" music of Claude Debussy. In this video the three songs on text of Paul Verlaine: Pantomime, Claire de Lune and Pierrot.. In another video the fourth song on text of Théodore de Banville.

Pantomime
Pierrot, qui n'a rien d'un Clitandre,
Vide un flacon sans plus attendre,
Et, pratique, entame un pâté.

Cassandre, au fond de l'avenue,
Verse une larme méconnue
Sur son neveu désherité.

Ce faquin d'Arlequin combine
L'enlèvement de Colombine
Et pirouette quatre fois.

Colombine rêve, surprise
De sentir un cœur dans la brise
Et d'entendre en son cœur des voix.

Claire de lune
Votre âme est un paysage choisi
Que vont charmant masques et bergamasques,
Jouant du luth et dansant et quasi
Tristes sous leurs déguisements fantasques.

Tout en chantant sur le mode mineur
L'amour vainqueur et la vie opportune,
Ils n'ont pas l'air de croire à leur bonheur
Et leur chanson se mêle au claire de lune,

Au calme clair de lune triste et beau,
Qui fait rêver les oiseaux dans les arbres
Et sangloter d'extase les jets d'eau,
Les grands jets d'eau sveltes parmi les marbres.

Pierrot
Le bon Pierrot, que la foule contemple,
Ayant fini les noces d'Arlequin,
Suit en songeant le boulevard du Temple.
Une fillette au souple casaquin
En vain l'agace de son œil coquin;
Et cepandant mystérieuse et lisse
Faisant de lui sa plus chère délice,
La blanche Lune aux cornes de taureaux
Jette un regard de son œil en coulisse
A son ami Jean Gaspard Debureau.

31 jul 2008

LA MUERTE ALEGRE

Nicolás Evreinov (Moscú).1879-1953.
Arlequinada en un acto, con prólogo y epílogo.

Personajes:
Arlequín
Pierrot
Colombina
El Doctor
La muerte

Arlequín duerme en la cama con los brazos a lo largo del cuerpo. Tiene cabellos grises. Zumbido de moscas. Pierrot ahuyenta las moscas del rostro de Arlequín con los extremos de sus largas mangas, no sin rozar la nariz del durmiente. Luego se adelanta hacia el público y hace una seña con las manos.

Alerquín duerme...! Arlequín está enfermo. Una adivinadora del porvenir le predijo que el día que dedicara más tiempo al sueño que a la botella, moriría a las doce de la noche en punto. Son las ocho de la tarde y aún duerme. Pierrot, el mejor amigo de Alerquín, se le ocurre un plan: retrasa el reloj, aunque sea no más que dos horas? Siempre le ha gustado engañar a la gente, y cuando se trata de burlar a la muerte y a Arlequín al mismo tiempo.

Pierrot recurre al doctor mientras Arlequín se divierte. Colombina, que es la mujer de Pierrot, tiene una cita furtiva con Arlequín. Pierrot, lleno de celos decide vengarse adelantando el reloj dos horas mientras critica a su mujer por tener mal gusto al elegir a Arlequín. La muerte llega a las 12:00 de la noche y Arlequín la recibe festivamente y se despide de la vida.

DEL AUTOR

Clásico del Dramaturgo Ruso Nicolás Evreinov (1879-1953) nació en Moscú y murió en París. Contribuyó al desarrollo del teatro experimental; como Director y organizador de varias Compañías en Francia. Se le considera Pirandeliano. En 1910, visitó España en busca de documentos teatrales para presentar al público en Rusia el Teatro español del Siglo de Oro. En 1911, ofreció al público de San Petersburgo la primera representación de Fuente Ovejuna de Lope de Vega.

De sus obras citaremos: La comedia de la Felicidad, como una mujer, Los Bastidores del alma y La Arlequina «Muerte Alegre». Su teatro está considerado como magistral por la crítica de todos los países en que se ha representado.

PIERROT

Hermoso tema que solamente la escuchan los afortunados que asisten a "Noches Bohemias" o "Peñas", como se conocen en la Argentina. Me
acuerdo que en México nos reuníamos en la casa de la gran pintora
Macrina Krauss, algunos "bohemios" de corazón, como Pepe Arévalo, Memo de Anda, Alvaro Carrillo, Claudio Estrada, Maria Elena Gonzales, Antonio Bribiesca, Salvador Flores y Jorge Loyo, hermano de la actriz Veronica Loyo, entonaba esta canción...

Una noche triste estaba Pierrot,
cantando a la luna sus quejas de amor,
todas las estrellas lloraba con él,
por la Colombina que fué tan infiel.

Y yo que escuchaba su triste canción,
le dije "tu pena...es mi pena de amor...
somos compañeros del mismo dolor...
por la Colombina que nos traicionó"...

Pierrot...Pierrot...
que cantas tu triste dolor,
también de amor,
canto la tristeza de mi corazón.

Por una mujer hermosa y divina
que cruel... como Colombina,,,
también destrozó mi amor.

Ya ves...Pierrot...
que daño nos causa el amor,
pero, sin él...
nuestras Colombinas
morirían también.

Letra de Jorge del Moral
Musica de Jorge del Moral

COLOMBINA SE MUERE MIENTRAS PIERROT ENSAYA

Ya está. Se han cerrado las puertas.
He creído en la magia y ya no creo.
Nadie salta los fosos ni destruye fronteras.
Se han muerto los jardines, el sol de mi recreo.

Es la hora sexta del amanecer imposible.
Los pájaros lo saben y también se han callado.
Los alumbro en silencio. El bien es transgredible.
Los muros han caído y nadie se ha salvado.

Sólo hay un mundo, ahora. Recién uniformado.
La creación del dolor sucedió en una playa.
En un rincón de arena, paraíso desnudo,
afilo los puñales y tramito mi escudo.

Desde entonces las puertas, el coraje cansado.
Colombina se muere mientras Pierrot ensaya.

Ana Baliñas. "Tristia" (1996)

COLOMBINA

Colombina es un personaje de la Commedia dell'Arte italiana. Se trata de una criada.

Se viste con un traje ajado y lleno de petachos y no lleva máscara. En ocasiones, bajo el nombre de Arlequina, puede llevar un traje similiar al del Arlequín. Es característico su denso maquillaje alrededor de los ojos y el hecho de llevar un tamborcillo con el que rechazar los intentos de acoso de Pantaleón.

A menudo se trata del único personaje sensato del escenario. Colombina ayuda a su señora, la innamorata, a ganarse el afecto de su verdadero amor, a base de manipular a Arlequín y contra Pantaleon, mientras manejaba al entorno de innamorato.

3 jul 2008

PIERROT E COLOMBINA SHOW

MARGOT COEUR GROS - Edith Piaf



Le 14 decembre 1962 a Nimegue (Nijmegen)
Paroles: Michèle Vendôme, musique: Florence Véran


Pour faire pleurer Margot
Margot-coeur-tendre, Margot-coeur-gros
Il suffit d'un refrain
Air de guitare, pleurs d'arlequin
L'enfant du Paradis
Vient là pour oublier sa vie
Plus c'est triste, plus c'est beau
Et plus elle rêve, Margot coeur gros.

Pour faire pleurer Margot
Margot-chagrin, Margot-sanglot
Il lui faut des regrets
De belles amours contrariées
L'enfant du Paradis
Veut voir Colombine en folie
Et voir l'ami Pierrot
Pleurer avec Margot coeur gros

Pour faire pleurer Margot
Margot-soupir, Margot-mélo
Dans ma vie je n'ai rien
Qu'un grand amour qui finit bien
L'enfant du Paradis
S'ennuie quand les amants sourient
Tant pis pour le mélo
Je t'aime...
Tu m'aimes...
Salut, Margot!

La-la-la...

PIERROT Y COLOMBINA

Miguel Reches: Voz
Ricardo Reches: Guitarras

Pierrot no viene a dar su serenata a Colombina.
Cuentan que hace unos días la vio con un Don Juan.
No se oye más su musa templar la mandolina.
Si el pobre está tan triste que no ha ido al carnaval.

¡Qué ingrata la muchacha!- dicen las madreselvas,
Y es tan honda su pena que pierden el color.
No cantan los zorzales ni sueñan los poetas,
no gimen los violines, llora el bandoneón.

Estribillo

Pierrot ha muerto anoche y dicen las más viejas
Que no será lo mismo sin él el carnaval.
Se van las golondrinas, se va la primavera,
y un réquiem de milongas corea el arrabal.

Al verla a Colombina pasar toda risueña,
del brazo de un magnate, charlando del amor;
le gritan indignadas las pobres madreselvas:
“¡Sabelo, Colombina: por vos murió Pierrot!”

Vivía pobremente, lloraba sin consuelo,
tan triste como el nido del ave que partió.
Andaba como el perro que queda sin su dueño,
y espera, resignado, la muerte en un rincón.

Después vendrán doctores queriendo con su ciencia,
saber por qué mal raro su vida terminó.
No ha sido fiebre alguna, no ha sido la miseria:
el barrio entero sabe que murió de amor.

2 jul 2008

PIERROT - Los Hermanos



O pierrot apaixonado chora pelo amor da colombina
E a sua sina chorar a ilusão em vão, em vão

E a colombina só quer um amor
Que não encontra num braço qualquer
Essa menina não quer mais saber de mal-me-quer
Só do pierrot, pierrot
Pierrot, pierrot, pierrot, pierrot... (3×)

O pierrot apaixonado chora pelo amor da colombina
E na esquina se mata a beber pra esquecer, pra esquecer

E o pierrot só queria amar
E dar um basta a esta dor já sem fim
Mas colombina trocou seu amor por arlequim
E o pierrot, chora!
E o pierrot, chora!
E o pierrot, chora!
Pierrot...

PIERROT Y COLOMBINA

Trémulos, tímidos, los rayos del sol entran por la ventana.
El abrazo de dos figuras humanas
se desvanece y naufraga en la marejada del sopor.
Uno son Pierrot y Colombina.
Brillan sus cuerpos trenzados, desnudos,
gitanos y luz, enredadera y ladrillos.
Media tarde y calor.
Sus manos se buscan entre las brumas del sueño
y las palabras se deshacen en sus bocas
como copos de nieve en la mar.
Silencio. El pudor sobrevuela el lecho.
Yacen los amantes flotando su vida en un remanso tranquilo.
El aire se espesa. El aire se humedece
alrededor, apagando los rescoldos
de conciencias en duermevela.
Es hora de paz, de almas libres.
Ninfas invisibles derraman sin cesar
lujuria y colores
sobre el cuerpo de Afrodita
recién nacida; suavemente.
Colombina rosa negro azul, repite el eco
entre sus líneas de mujer.
Colombina virtud dueña placer.
Pierrot suspira y duerme.
Se esparcen manchas de ternura en su pensamiento.
Los ángeles caídos acechan con zumbidos brujos
de deseo.
Presa fácil. Un hombre. Pierrot. Se van
(al infierno).
“¿Qué decías, mi amor?”, suspira ella.
“Nada”, miente su compañero.
Pierrot y Colombina acurrucados en flor,
envueltos en olor de niños pequeños.
Trajes, rombos, sedas, antifaces y terciopelos
esparcidos por el suelo. Nada queda en la escena
sino un espíritu mudo estival:
el sueño.
Acaba el juego.
Pierrot y Colombina amanecen al amor.

Fernando, de Territorio Enemigo

30 jun 2008

COLOMBINA Y PIERROT

Colombina y Pierrot son dos personajes de la Comedia del Arte o Comedia Italiana (siglo XV hasta XVIII, años 1400-1700, más o menos). En esta comedia, a diferencia de en la Comedia Erudita, no hay texto sino personajes: cada uno tiene un repertorio de coletillas y bromas, a partir de las cuales improvisa su papel en cada obra, que solía ser básicamente un enredo. La acción solía moverse entre un par de enamorados, unos interesados en que esto no termine como debería, y unos criados o 'zanni' con mucho sentido común y motivaciones particulares.

Colombina, o Arlequina, era la criada de la protagonista, Innamorata, y podía llevar un tambor para ahuyentar a los pretendientes (evidentemente era la sensata de la pareja...). Aunque a veces se enamora de Arlequín nunca pierde el sentido común. Dice la Wikipedia de Colombina: "Es característico su denso maquillaje alrededor de los ojos..." y suele vestir principalmente de blanco.

Arlequín tiene una curiosa etimología según la Wikipedia (curiosa e insegura). Su nombre podría provenir de Hellequin, reflejo diablesco de Odín, el dios padre escandinavo, y personaje de fiestas con las que se recordaban las invasiones vikingas en Flandes y Alemania hasta el siglo XIII; también se decía que en las fiestas francesas este personaje de rostro negro representaba un diablo menor, que recogía las almas de los campesinos vendidos al demonio. Uno de los personajes más antiguos, este zanni característico llevaba una máscara negra con nariz ganchuda, y representaba un criado bufón, astuto, avaro y analfabeto, cuyos intereses principales eran la comida y las mujeres. Al final solía ver sus planes frustrados y, consecuentemente, llevarse unos cuantos palos.

Junto con Colombina, aparece en la canción de Chico Buarque Pierrot, que es una invención francesa (no de la Comedia dell'Arte) creada a partir de Pedrolino, un zanni aniñado, cándido, amable y bueno hasta el exceso, el blanco perfecto de burlas y trampas. El francés Pierrot en cambio es un soñador triste enamorado de la luna. Así este personaje es más propio de la pantomima que de la Comedia del Arte. Algunos incluso dicen que este personaje podría tener 4000 años (en el mismo artículo enlazado, de la Wikipedia inglesa, se cita una leyenda protagonizada por un niño muerto(?) bendecido por San Pedro -Pierrot, Pedrito- que no podía jugar con los demás niños vivos, y que por hacerlo sería excluido del Paraíso). Su aspecto: "un vestido blanco y amplio, con botones negros y un pequeño sombrero negro sobre la cara pintada de blanco".

29 jun 2008

CANCIÓN DE CARNAVAL

Le carnaval s'amuse!
Viens le chanter, ma
Muse... Banville.

Musa, la máscara apresta,
Ensaya un aire jovial
Y goza y ríe en la fiesta
Del carnaval.

Ríe en la danza que gira,
Muestra la pierna rosada,
Y suene, como una lira,
Tu carcajada.

Para volar más ligera
Ponte dos hojas de rosa
Como hace tu compañera
La mariposa.

Y que en tu boca risueña
Que se une al alegre coro
Deje la abeja porteña
Su miel de oro.

Únete á la mascarada,
Y mientras muequea un clown
Con la faz pintarrajeada
Como Frank Brown;

Mientras Arlequín revela
Que al prisma sus tintes roba
Y aparece Pulchinela
Con su joroba,

Dí á Colombina la bella
Lo que de ella pienso yo,
Y descorcha una botella
Para Pierrot.

Que él te cuente cómo rima
Sus amores con la luna
Y te haga un poema en una
Pantomima.

Da al aire la serenata,
Toca el áureo bandolín,
Lleva un látigo de plata
Para el spleen.

Sé lírica y sé bizarra;
Con la cítara sé griega;
Ó gaucha, con la guitarra
De Santos Vega.

Mueve tu espléndido torso
Por las calles pintorescas
Y juega y adorna el corso
Con rosas frescas.

De perlas riega un tesoro
De Andrade en el regio nido
Y en la hopalanda de Guido
Polvo de oro.

Penas y duelos olvida,
Canta deleites y amores;
Busca la flor de las flores
Por Florida:

Con la armonía le encantas
De las rimas de cristal,
Y deshojas á sus plantas,
Un madrigal.

Piruetea, baila, inspira
Versos locos y joviales;
Celebre la alegre lira
Los carnavales.

Sus gritos y sus canciones,
Sus comparsas y sus trajes,
Sus perlas, tintes y encajes
Y pompones.

Y lleve la rauda brisa,
Sonora, argentina, fresca,
La victoria de tu risa
Funambulesca !

Ruben Darío
(Colaboración de Muca Vampiro)

23 jun 2008

ARLEQUIN, PIERROT Y COLOMBINA

El príncipe de los poetas modernos Paúl Marie Verlaine nació en París en 1844 en ambiente burgués y aunque desde joven abusó de la bebida, trabajó en Seguros y en el Municipio y de sólo 24 años publicó algunas poesías en el «Parnasse Contemporaine» dándose a conocer por la pulcritud de sus versos. En 1866 aparecieron sus «Poemas Saturnianos» y al año siguiente «Fiesta Galante». En 1870 contrajo matrimonio y ofreció a su joven y bella esposa «La Buena Canción» donde como regalo de bodas le dio una promesa, abandonar la bebida; que no cumplió y por el contrario abandonándola a ella y a su hijo recién nacido, se fue con el poeta Rimbaud por Bélgica e Inglaterra a vivir sus amores prohibidos. Después valdrían las discusiones y en 1873 lo hirió y fue a dar a la cárcel de Mons dos años, donde se convirtió aunque momentáneamente a la religión, escribiendo «Romances sin palabras», «Sabiduría» y «Entonces y ayer».

Nuevamente en Francia y enfermo de un mal sin nombre, sin nombre porque la padibundez torpe y burguesa de su tiempo ocultábalo como algo vergonzoso, erró por diversos hospitales entrando y saliendo por temporadas, escribiendo en prosa y verso, haciendo crítica literaria y siendo considerado por los decadentistas y simbolistas como su único gran maestro. Publicó mucho pero en ediciones finas, elegantes y bien acabadas que no podían ser pagadas por el vulgo, para quién no escribía pues fue siempre elitista, como todo buen parnasiano.

Amó la belleza y la elegancia del verso, la exquisitez de las formas y la cadencia del ritmo, cultivando el mito de la muerte a través de Pierrot, Arlequín y Colombina en sus «Fiestas Galantes», aparecidas en París en forma de un pequeño relicario que cuenta los paseos de la musa del poeta, disfrazada de Pierrot o Colombina (1), por entre los abedules y los castaños y en amoroso entorno con la discreción suave y melancólica de un claro de luna, mientras el picaro Arlequín salta y piruetea malignamente como si fuera un viejo fauno cansado.

Colombina es una candida criada de la Comedia Italiana que se sorprende y ruboriza de las declaraciones de su amado y tierno Pierrot, personaje nostálgico y muy humano, también tomado del antiguo teatro. Arlequín, en cambio, es la personificación de la luz, la vida. la gracia y la poesía del mundo en toda su amplitud y movimiento. El trío se prestó a Verlaine para reproducir el eterno diálogo de los amantes.

-A pesar del destino celoso, muramos juntos, dice Pierrot.
-La proposición es clara.
-Lo raro es lo bueno. Así pues, muramos como en los decamerones.
-Ja, ja. Que amante más extraño.
-Y entre los enervantes aromas de galantería, agotados hasta el infinito los placeres de la vida, sólo quedaba la muerte:
«-Muramos, sil vou plait! Pues quien no puede morir envejece, que para quien ama es sufrir.
Y todo termina en un coloquio sentimental.
-Por el viejo parque solitario y helado dos formas ahora mismo han pasado. Sus ojos están muertos y sus labios blancos, apenas se oyen sus palabras. Por el viejo parque solitario y helado dos formas han pasado ahora mismo.
-Te acuerdas de nuestro antiguo éxtasis?
-Por qué queréis que me acuerde?
-Sigue tu corazón latiendo a mi solo nombre? ¿Ves siempre mi alma en sueños?
-No.
-Ah, los hermosos días de placer indecible en que juntábamos las bocas.
-Es posible.
¡Qué azul era el cielo y grande la esperanza!
-La esperanza se fue vencida al cielo negro.
Tal iban ellos por el loco césped y solo el viento oyó sus palabras».

Poeta que escribía así huyendo en las penumbras de la risa absurda, ridícula, almibarada y mortificante y viviendo sólo de silenciosos paseos líricos en galantes soledades, invitaba al mundo a la muerte y fue complacido; muchos de los poetas decadentes que le siguieron después murieron por sus propias manos, incapaces de continuar transitando el antiguo, solitario y helado parque de sus existencias.

Casi todos ellos fueron Pierrots que agotaron los placeres, tuvieron sus Colombinas, creyeron que lo raro era bueno y rechazaron la alegría del Arlequín prefiriendo el mito de la muerte al de la vida como en las «Fiestas Galantes».

En las «Fiestas Galantes» el sexo es despersonificado, sólo existe el placer, el misterio, la herranza y un diálogo con la muerte.

21 jun 2008

COPO DE NIEVE

Colombina llora,
Colombina ríe,
Colombina quiere
morir y no sabe
por qué...

Pierrot, todo blanco,
de hinojos la implora,
la besa y le pide
perdón, y no sabe
de qué...

La Luna sonríe,
la señora Luna....
Y nadie ha sabido
ni sabrá, ni sabe
por qué...

Manuel Machado

LA NOCHE BLANCA

Sólo están en vela
la nieve, la Luna y Pierrot.
París duerme y sueña.

Colombina en brazos del marqués se entrega
por una pulsera de oro
y un collar de perlas.

La señora Luna tranquila blanquea,
y en vano la llama
Pierrot, y la increpa...

Colombina duerme,
Colombina sueña
en el brazo blanco de Pierrot, desnudo.
mirar su pulsera...
en el cuello blanco de Pierrot, desnudo,
su collar de perlas.

Manuel Machado

17 jun 2008

CARNAVALINA


La ridícula trompeta

del Carnaval ha sonado,
desapacible, indiscreta,
y ¡tan triste!... Fatigado,
Pierrot marcha sin careta.

Va en busca de Colombina,
la divina, la traidora,
la que ríe cuando él llora...
soñando en la golosina
de su boca tentadora.

En la plástica poesía
de su hermosura, que exalta
un mohín de picardía,
con la gracia de una falta
femenil de ortografía.

Y a través del vago ritmo
de aquel cuerpo tentador,
él persigue ¡soñador!
el oscuro logaritmo
imposible del amor.

Mas sólo escucha el reír
de la amada loca y bella.
Y tras de la rosa aquella,
él, sintiéndose morir,
ríe también como ella.

Y —el rostro lleno de harina—
grita aún el sin fortuna:
«¡Colombina! ¡Colombina!».
Y su alma se va a la luna,
como una carnavalina.

Manuel Machado
El mal poema (1909)

16 jun 2008

ILUSION DE PIERROT - Manuel Meaños

¿Te acuerdas de la historia que yo te contaba
Donde pierrot su amor jamás logró vivir,
De aquella colombina que tanto adoraba
Y a quién cegó
El lujo que le dio arlequín?...
¿te acuerdas cuántas veces la amarga tristeza
De aquel pierrot, impresionó tu corazón?...
Temblaba tu alma al escuchar
La cálida canción,
De pena y de ansiedad,
Donde para vivir
Su amor sentimental
Pierrot cantaba así:

¡oh, luna! tú que eres la hermana
Del que sufre y llora una vana
Fatal ilusión que nunca tendrá:
Alienta mi amor y mi afán
Inunda de luz toda mi alma
Y que sienta la paz y la calma
Que ha de mantener mi loco ideal
Eterno, ¡inmortal!...

Lo mismo que pierrot yo siento hoy esa herida
Que da el amor, al no lograr una ilusión;
Y tú te convertiste en una colombina,
A quien también
Llegó a cegar un arlequín.
Recuerda la tristeza que te impresionaba
De aquel pierrot, que como yo, buscaba amor.
Hoy sufro por tu desamor,
La pena de no hallar
La calma a mi ansiedad,
Y siento ese dolor,
Tan hondo y tan brutal,
Que llora en la canción...

28 may 2008

POBRE PIERROT



¡Pobre Pierrot!
(Pauvre Pierrot!, título original en francés) es una película de dibujos animados de Émile Reynaud que se estrenó en noviembre de 1892 en el Museé Grévin de París y se proyectó ininterrumpidamente hasta febrero de 1894 mediante el teatro óptico, sistema de ilusión de movimiento, inventado por el propio autor, que proyectaba una película sobre una pantalla translúcida haciéndola pasar ante una fuente de luz dotada de un sistema de espejos.

La historia desarrolla una trama cómica entre los personajes extraídos de la Comedia del Arte italiana Arlequín, Pierrot y Colombina . Los dos protagonistas compiten por el amor de Colombina, si bien esta muestra su rechazo hacia Pierrot y se queda al final con el amor de Arlequín.

Sinopsis

Arlequín pasea con una máscara por un jardín. Al oír que alguien se acerca, se esconde tras una columna. Aparece la bella Colombina, que se asusta al ver al enmascarado salir de su escondite, pero se tranquiliza cuando el joven Arlequín se descubre. Este comienza a declarar su amor a Columbina cuando, tras escuchar un ruido en la puerta del fondo, se vuelve a esconder y se coloca la máscara.

Era Pierrot, con una mandolina en bandolera y un ramito de flores oculto a su espalda, que, tras una reverencia, ofrece a Colombina quien, sólo por compromiso, acepta el regalo. Pierrot observa el poco interés que muestra ella y se va, lo que aprovecha Arlequín para salir, le hace una seña y se van a su casa.

Poco después aparece Pierrot llorando desconsoladamente y, tras beber unos tragos de licor, cobra nuevos ánimos y se dirige al balcón de la casa donde entona una serenata con su mandolina. Arlequín, enfadado, le propina un golpe rápido en la espalda y se va. Pierrot, sin ver quién le ha golpeado, acaba de vaciar su botella y canta de nuevo su canción:

Pour peindre vos grâces fines
Votre taille de roseau
Je saurai prendre á Watteau
Son âme, ô ma Colombine
Un vieil air de mandoline,
L'évoquera du tombeau
Pour peindre vos grâces fines
Votre taille de roseau...

Arlequín, cogiendo la botella que ha dejado en el suelo, le da otra buena ración de golpes y, satisfecho por haberle dado su merecido, va a reunirse con su amada Colombina.

Comentario

Émile Reynaud estaba profundamente influido por los trabajos del abad Moigno, lo que llevó a investigar los fenómenos de la ilusión de movimiento. Así construyó en 1877 el praxinoscopio, el cual, tras posteriores mejoras y desarrollos, dio lugar al teatro óptico en 1888. Éste permitía proyectar sobre una pantalla translúcida cintas animadas y perforadas que el mismo hacía pasar entre dos bobinas, ante un sistema de luz y espejos, tras la propia pantalla. Una linterna mágica proyectaba una imagen fija con el escenario o decorado sobre el que la película animada desarrollaba su acción.

La película Pauvre Pierrot! comenzó a proyectarse en el museo Grévin en noviembre de 1892, y está basada en una serenata escrita por Louis Morin que refiere las divertidas aventuras de Pierrot, Arlequín y Colombina, personajes de la tradición italiana de la Commedia dell' Arte. La cinta fue dibujada y coloreada a mano por el propio Reynaud. Utilizó para ello el sistema de disociación de figuras animadas decoradas, con calcos sucesivos sobre hojas transparentes, que es básicamente la misma técnica que empleará en adelante el sistema tradicional de animación de dibujos. También se sirve de trucados, bucles (un movimiento simple que puede repetirse indefinidamente) y, en definitiva, las técnicas que serán esenciales en el dibujo animado posterior.

Émile Reynaud, si bien no era un ilustrador profesional, creó unos dibujos simples pero definidos; con un estilo que puede ser comparable al de Hergé. Sus tramas, al igual que sus dibujos, son sencillas y poéticas; de un estilo naif. Él mismo incorporaba una música a la proyección, y la dotaba de efectos sonoros (golpes, puertas), que realizaba tras la pantalla, desde donde manejaba su ingenio mecánico, al otro lado del público. Sus películas tuvieron un gran éxito hasta que, con la aparición del cinematógrafo Lumiere en 1895, entró en competencia con el cine fotografiado, para, en 1900, abandonar sus propias películas, que acabó arrojando al Sena -aunque alguna se salvó- poco antes de morir en un manicomio olvidado de todos.


* Info obtenida de Wikipedia

LA ETERNA AVENTURA PIERROT Y COLOMBINA


El alba despierta a Pierrot tirándole suavemente de una oreja. Es Pierrot, el mismo doctor Blanco de Mendés, el amigo de Banville, el eterno enamorado de la Luna.
Pierrot no siente el peso del Tiempo. Él vive, come, y sueña. Hacer la rueda a Colombina es cosa que viene después, a pesar de ese pícaro de Arlequín que pretende coronar, no de oro, al hombre blanco.6

"Pierrot -le dice el alba-, hoy es día de Carnaval. Perezoso, levántate. Ve a mirar el rostro de Colombina, que ha pasado una buena noche soñando con el baile de hoy. Pues tu mujercita es aficionada a las alegres fiestas, y danza y ríe, cuando tú no estás presente. Ella asegura que tu peor defecto es la tristeza. Te crees poeta, en lo cual no anda muy descaminada; te cree soñador. Y ella gusta de los ricos trajes de seda, de las joyas de oro, de las perlas y de los diamantes. Tú, en realidad, Pierrot, a pesar de tu gula y tu afición al vino, eres triste; y a las mujeres no les gustan los hombres tristes. Levántate, Pierrot, y piensa en no dejar escapar el amor de tu compañera, alegre como un pájaro y linda como una rosa."
Pierrot se despereza, y de un salto, se levanta.

Colombina, que ha aprendido muchas cosas, sabe Nietzsche: esteta prerrafaelista y ababún. Hace la gran dama a maravilla y recibe a su marido con aires de princesa, envuelta en un largo peinador.

Y Pierrot, que no las tiene todas consigo, un tanto celoso, desde hace días, comienza por rogar, y ordenar a su cara mitad que no vaya al baile. A las órdenes que se evaporan ante el mármol de Colombina, suceden las súplicas, y Pierrot suplicante, no puede más que Pierrot autoritario. En vano se pone de rodillas, en vano hace una cara triste, semejante a la faz de su olvidada Selene... Colombina, impasible, dícele que irá al baile.
"Pues bien -dice Pierrot, cambiando de tono-. Iremos al baile, iremos juntos. Danzaremos, reiremos, y pasaremos las más preciosas horas."
Él mismo va a preparar el traje que va a lucir Colombina; él mismo se presenta lleno de risa, y proclama gustoso que no hay nada mejor que un baile de Carnaval, en compañía de una bella mujer.

Colombina le deja hacer. Pues en su cabecita de pájaro tiene las más caprichosas ideas respecto a la felicidad conyugal. ¿No ha recibido un mensaje de Arlequín, en el cual mensaje el elegante amante le prometía cielos y tierra por un vals en el baile carnavalesco?

Ella cree que no ofenderá a Dios ni a Pierrot acompañando a Arlequín a comer écrevisser en
cabinet particulier.
¡Pícara Colombina!

Y he aquí la pareja lista para partir al baile.
El Hombre Blanco, cándido como un cisne, como un ensueño virginal, con su sombrero blanco, su cara blanca, su traje blanco, su alma blanca.
Y colombina de negro, con su sombrero de negro, sus guantes negros, sus medias y zapatos negros, su traje negro que deja ver muchas cosas sonrosadas, su bastón largo y negro, y su alma de donde salen para el pobre Pierrot muchas penas negras...

Ambos contentos a la fiesta. Es el día en que la humanidad cree necesario adornarse con las joyas de la Locura. Suenan por todas partes músicas alegres. Las gentes, pasan y ríen. Las máscaras van en profusión por las calles. Todo predispone al juego y al fuego, cuya ceniza servirá para el miércoles del Memento, homo... Brazo con brazo, van Pierrot y Colombina, entre los transeúntes que dicen decires y chistes a través de las carertas y de los disfraces.
Y Colombina va acariciando en su interior una pérfida idea.
¡Pobre Pierrot!
¡Música! ¡Música!

Flores y murmullos y luces. Es el imperio del placer.El teatro está lleno e hirviente de parejas. Los disfraces más variados circulan. De los palcos vuelan las serpientes y las miradas ardientes.
Princesas, manolas, aves, gitanas, pasan, se confunden. Pierrot y Colombina penetran en el vasto recinto, en la lluvia de notas de la orquesta, entre el remolino de danzantes.

Y Colombina, que ha visto a lo lejos a Arlequín, haciéndole una seña, suéltase de pronto del brazo de su marido, y piérdese en el bullicio de la alegre muchedumbre.

Pierrot, atontado, mira a todos lados, se agita, corre aquí y allá, sin poder percibir a su consorte en fuga. Va de un punto a otro y es estrujado. Hace grandes gestos que llaman la atención de los circunstantes. Camina, se lo arrojan los que bailan, como una pelota, hasta que al fin, fatigado, lleno de tristeza y de desesperación, va asentarse descansar, en la gran escalera, iluminada por las claras lámparas eléctricas que fingen un sol meridiano.
Pasan gentes, pasan gentes, pasan, pasan, y Pierrot cree de repente ver a su mujer... No, no es ella. Es una que se le asemeja.

Y el Hombre Blanco, desesperanzado, sigue, sigue en triste actitud, observado por los que suben y bajan por la extensa y marmórea galería.
Ha pasado el tiempo, tiempo; ha desgranado el reloj muchos minutos, es ya más de medianoche; la música ha destrozado muchas veces con su alegría el corazón de Pierrot, cuando de pronto siente que una suave mano se posa sobre su hombro.

-"Es ella."
Es ella. Manifiéstale que ha sido arrastrada en el torbellino de los danzantes; que ha sido llevada por la ola de los valses; y que
felizmente, ha encontrado un amigo, a su digno amigo el Sr. Arlequín, que le ha convidado a reparar sus fuerzas con una copa de champagne y écrevisses en cabinet
párticulier...
Pierrot explota:
"!Desventurada!" - Y haciendo una mueca trágica, hace que le conduzca al gabinete en que ha tenido lugar la cena.
Ahí están las señales de un buen divertimiento; el resto del vino, el resto del pastel...
Pierrot, delante de la falsa mujer junta sus manos y se pone a meditar en si hará sus hazañas de doctor Blanco, o soportará con paciencia su desgracia...

Un momento después las golosinas le tientan; se come el resto del pastel y se bebe el resto del vino, ante las miradas especiales de la esposa fatal que le acteoniza.

Ya en casa, Pierrot se echa en un sillón, inconsolable, mientras que Colombina, preciosamente, pretende inculcarle, al buen filósofo, una cantidad mayor de filosofía.

* Extraído de Página Verdes, Obra Completa de Rubén Darío