21 ago 2008

CONTINUIDAD Y ADAPTACION DE UNA FIGURA DE MASCARADA

Peter Roberts

La supervivencia, adaptación y desarrollo de máscaras y disfraces entre los africanos y sus descendientes en el Caribe estuvieron determinados por los materiales disponibles, el tiempo libre que tuvieran los esclavos para hacerlos, la procedencia de los esclavos en momentos dados y la naturaleza de las ocasiones de celebración. La práctica de ritos y religiones tradicionales de África oriental no fue compatible con la institución de la esclavitud en el Caribe. Además, los esclavos sabían poco o nada de las celebraciones cristianas de los europeos y al principio no se les permitía tomar parte en ellas, porque a los esclavos africanos no se les consideraba totalmente humanos. Las celebraciones de los ritos de nacimiento, entrada en la edad adulta, matrimonio y muerte, que no se permitían a los esclavos, se suplantaron en el período de Navidades por el “derecho” a simular o celebrar la igualdad, la fraternidad y la dicha de vivir. Como resultado de ello, la seriedad que suele ir vinculada a las ceremonias de cambio de estado se vio eclipsada en el ciclo anual por celebraciones en que se les levantaban las restricciones. Al principio los esclavos debieron ajustar sus actuaciones laicas y religiosas para adecuarlas al período “de libertad” entre Navidades y Año Nuevo, pero con el tiempo el carnaval anterior a la cuaresma de la Iglesia Católica Romana brindó también contexto para la mascarada.

La primera y tal vez única figura de “mascarada” de África occidental que ilustra la literatura europea anterior al siglo XIX aparece en Froger en 1698,1 muestra a una persona de Gambia disfrazada y se titula Habillement des Circoncis (figura 1). El título identifica a la persona como participante en un rito de circuncisión, aunque no es evidente qué papel desempeña.2 Hahner-Herzog y otros brindan credibilidad y continuidad a la ilustración de Froger comparando la máscara que lleva el hombre con la máscara con cuernos que usa el grupo diona hoy en el Senegal.3 El propio Froger no comenta la ilustración.

La primera mención de las máscaras en el contexto de una mascarada en el Caribe anglófono es de Long en referencia a Jamaica:
En los pueblos, durante los festejos de Navidad, varias personas altas y robustas se visten con ropas grotescas y llevan a la cabeza un par de cuernos de buey que salen de una suerte de horrible visera, o máscara, que alrededor de la boca cobra aspecto muy terrible con grandes colmillos de jabalí. El enmascarado, con una espada de madera en la mano, va seguido por una numerosa multitud de mujeres borrachas, que lo refrescan con frecuencia con una bebida de agua anisada, mientras él baila en cada puerta, gritando con gran vehemencia “¡John Connú!”, de modo que, con la bebida y el ejercicio, la mayoría cae con fiebres peligrosas y ha habido casos de muertes.

Long pasa a señalar que en 1769 aparecieron máscaras nuevas, pues los ebo, los papaw y otros tenían sus respectivos Connús, femeninos y masculinos, vestidos en estilo muy risible.5 Sin embargo, no brinda una descripción de estas máscaras.

Fernando Ortiz, en su examen de los diablitos africanos del siglo XIX en el desfile del Día de Reyes en Cuba, brinda cuatro ilustraciones (figuras 2 a la 5), entre otras, que muestran la diversidad de los trajes. Ortiz se aseguró de señalar que:
Los “diablitos” oriundos de África no han sido ni son personajes exclusivos del folklore cubano. En casi todos los pueblos de América con étnicas sedimentaciones afronegras pueden hallarse los diablitos negros en la historia de sus festividades populares y religiosas... En Lima... En Venezuela... en Loisa (Puerto Rico) en ocasión de las fiestas de Santiago... con el nombre de vejigantes, enmascarados estrafalariamente como diablitos carnudos.
A pesar de la diversidad de forma de los diablitos africanos en Cuba, la máscara con cuernos, el palo en la mano y el “vestido” parecen haber sido favoritos entre los descendientes africanos en varios países de América y sobre todo en las islas del Caribe.

Desde el punto de vista del enmascarado, o del analista, el traje de mascarada puede dividirse en partes, de la cabeza a los pies: lo que se lleva sobre la cabeza o en la frente, en el rostro, alrededor del cuello, del cuello a la cintura, de la cintura a las rodillas, de las rodillas a los tobillos, y en los pies. En el caso del traje de Froger, además de la máscara, otras de las características de la ilustración pertinentes a este examen son el tipo de “falda” que lleva la persona y el hecho de que lleva un palo en las manos. En su descripción del enmascarado John Connú, Long identifica “hábitos grotescos, una espada de madera en la mano, un tipo horrible de visera o máscara, un par de cuernos de buey a la cabeza y, en la boca... grandes colmillos de jabalí.” Puntos de comparación en la ilustración de Froger y la descripción de John Connú que hace Long son los cuernos en la cabeza, la máscara y el palo/espada en manos del enmascarado, aunque existe una clara diferencia entre ambos en el caso del largo del palo/espada. En el caso de los diablitos de Ortiz, uno de los enmascarados de la figura 2 tiene en las manos una espada de madera, el otro lleva una “falda”, al igual que el de la figura 5. Las figuras 4 y 5 tienen cuernos y especialmente la última tiene una visera o máscara horrible.

El tipo de ”falda” es el que se ha reproducido constantemente en mascaradas. Ortiz brinda una interpretación funcional de ella según se relaciona con las comunidades africanas de los esclavos:
En cuanto al vestido de fibras de cáñamo, de guano de palma, o de pita, hay antecedentes en varios lugares de África, que confirman su función sacerdotal o sobrenatural [...] Tauxier ha explicado esas figuras de rústicas vestimentas vegetales como representaciones de los espíritus misteriosos de la selva, por lo cual los aparecidos se recubren con ramajes, hojas, lianas y fibras, y a veces con caretas de animales feroces. Ello explica que así se encuentren esos atributos desde los pueblos norteños del Sudán hasta los meridionales bantús. En Cuba pudieron observarse los “diablitos” de la kulona, los de los gangás y otros y aun en los ireme ñañigos, en los cuales las empitadas, o festones de pita deshilachada, forman parte indispensable de su traje simbólico para la figuración de los espíritus del bosque.7

En el festival de Loíza, también hay locas, que pueden haber tenido un vínculo histórico con la “numerosa multitud de borrachas” que Long identifica como parte de la presentación en Jamaica en el siglo XVIII. Aunque el disfraz con “falda” no era necesariamente femenino, es probable que en Loíza llegara a interpretarse así, o sea, como un transvestido, e incluso se le daba un trasero pronunciado. Desde una perspectiva europea, se ven como disfraces similares en parte a los de la tradición inglesa de los mummers,8 las faldas escocesas y los trajes de guerrero de los soldados romanos y normandos.

En su explicación de la “falda”, Ortiz hace referencia a fuentes sudanesas, bantúes e ibibio en África. Del texto de Hahner-Herzog y otros cabe concluir en cambio que las máscaras con cuernos son más características de grupos occidentales de África occidental, a saber, el Senegal y Cote d’Ivoire. El propio Long, aunque sin pruebas irrebatibles, identifica la máscara de John Connú con una zona que pudiera ser hoy la frontera oriental de Cote d’Ivoire. Es posible también que el enmascarado con cuernos y espada/látigo en la mano llegara directamente a Jamaica en los primeros años del dominio inglés a través de las islas Leeward, donde el “toro” y el látigo continúan siendo hoy un rasgo prominente de la mascarada, sobre todo de St. Kitts y Antigua.

La continuidad formal de las máscaras, en contraste con su continuidad funcional, se vio facilitada por el hecho de que, en estas islas, los esclavos africanos podían hacerse de cuernos de vaca y colmillos de jabalí o podían crear sustitutos de ellos. La adaptación local se ve en el caso de Puerto Rico hoy, en que se inventó la máscara vejigante, pero que en otros sentidos posee elementos comunes con la máscara de iniciación de Gambia, las antiguas máscaras de John Connú en Jamaica y la máscara kokorioko cubana (figura 5). En Loíza, una zona costera donde abundan los cocoteros, la máscara vejigante se hace de un coco seco y los cuernos del racimo del cocotero. En Ponce, en cambio, la máscara se hace de papier maché en una sola pieza, con los que pueden verse como cuernos y colmillos.

La adaptación funcional se ve con claridad en el caso de Loíza, donde el vejigante se asocia al lado europeo de la historia puertorriqueña, relacionado con un santo español de la Iglesia Católica Romana y la conquista cristiana de los moros musulmanes. Es irónico que el vejigante, que representa al moro musulmán, se presente como el diablo y el villano, mientras Santiago, que representa al noble español y el Dios cristiano, se vea como héroe en una situación en que los españoles tenían a los moros o africanos sometidos a la esclavitud.

DEL DIABLITO AL PIERROT

No es sólo en Puerto Rico que las figuras de mascarada africana llegaron a asociarse a tradiciones europeas y las tradiciones africanas prácticamente se perdieron. En las islas del sur del Caribe, que tuvieron algo de historia colonial francesa y vinculación a la Iglesia Católica Romana, las figuras de la mascarada africana se convirtieron en diablos (diable/djab/jab) que, a su vez, se fusionaron al pierrot (payaso) francés. Por ejemplo, aunque existe una marcada similitud en costumbre y postura entre el diablito de Cuba de la figura 3 y el contemporáneo (1888) de la isla de Trinidad que aparece en la figura 6, este último lleva en la cabeza algo que se encuentra (ya) a medio camino entre los personajes africanos con cuernos y el personaje europeo del payaso. Es cierto que en el proceso de desafricanización y en el desarrollo del carnaval y otros personajes de festival, no había compulsión por establecer y mantener distinciones claras entre los personajes. De hecho, la criollización suele analizarse como una confluencia de tradiciones distintas. Sin embargo, en el caso del pierrot del carnaval de las islas del sur del Caribe, el papel se identificó a mediados del siglo XX como “tradicional”, lo que indicaba que se encontraba establecido, era conocido y probablemente se le consideraba europeo. Lo cierto es, sin embargo, que incluso sin centrarse en la historia y conexiones africanas, ha habido al menos tres personajes pierrot distintos –el payaso, el guerrero y el orador--,9 tan diferentes entre sí que los tres no pueden presentarse simultáneamente ni en el vestuario ni en la acción. De hecho, la adaptación y fusión de elementos de fuentes dispares han sido tan amplias en el transcurso del tiempo y de una isla a otra que, a pesar de alguna continuidad establecida por el nombre de pierrot del personaje, las conexiones históricas, así como las conexiones entre las diversas variantes del siglo XX, son difíciles de percibir de una mirada. Los diversos papeles que ha asumido el pierrot en el tiempo en las diversas islas recalca esto en parte.

El paywo/pierot (figura 7)10 es la figura disfrazada que se asocia concretamente a discursos tomados de Shakespeare en la pequeña isla de Carriacou. Hill y David11 identifican el contexto cultural de las presentaciones populares de Shakespeare como “speech mas” en el martes del Carnaval.12 El paywo/pierot de Carriacou guarda relación con el Pierrot Grenade de Trinidad. Hill, comentando la variante de Carriacou, dice: “Tiene equivalentes parecidos en otros lugares del Caribe... Es similar al “shortnee” y al pierrot mas de Granada. Es casi idéntico al pierrot de Trinidad... En algunos sentidos se parece a los que pelean con palos...”13

Carr identifica al Pierrot Grenade como el bufón supremo en el carnaval trinitario y afirma que se considera una sátira de su hermano más rico y culto, el Pierrot. Dice también: “El Pierrot Grenade, al que hace 40 ó 50 años se llamaba en tono desdeñoso “makoto mas”, indica por su nombre que procede de la isla de Granada... una isla más pequeña y menos rica que Trinidad.”14

En Carriacou, sin embargo, el pierrot no se identifica como Pierrot Grenade y no se dice que se haya importado de otra isla. Además, moko –muy probablemente la fuente del término mokoto mas– es el nombre de una de las “naciones” africanas que se elogian en las presentaciones de Tambor Grande de Carriacou. No hace falta un examen muy minucioso para ver que el paywo/pierot está emparentado con el personaje de la figura 2. Además, el “instrumento” que lleva en la mano guarda relación con la espada de madera en la mano que describe Long y con la ilustración de Froger (figura 1).

La distinción económica entre Trinidad y Granada que Carr señala encuentra un paralelo, en la historia del Carnaval, en las distinciones sociales entre los intérpretes del personaje de pierrot. En su análisis del carnaval del siglo XIX en Trinidad, Pearse dice lo siguiente de su desarrollo social:

Así, el Carnaval ha cambiado tres veces su forma social. Después de la Emancipación, el elemento que antes había predominado se retiró de la participación activa y los que hasta el momento habían estado excluidos se unieron tentativa y experimentalmente a él. Unos treinta años después, el Canboulay se estableció como la apertura de media noche del Carnaval y durante los veinte años siguientes constituyó su elemento dominante, mientras que los espíritus móviles eran los jamettes15del bajo mundo. Hacia fines de siglo, el festival resurgió y comenzó a “elevarse” hacia la posición que hoy ocupa, a saber, aceptable y practicado por las secciones principales de la comunidad, exceptuando a la generación mayor de protestantes más estrictos e indios menos aculturados.16

Lo que esto significa es que los trajes eran más o menos europeos, más o menos africanos en dependencia de la clase social de quien los llevara. En general, las clases superiores se vestían con menos elegancia de la que acostumbraban –o sea, llevaban disfraces o representaban figuras de las clases sociales inferiores–, y las clases sociales inferiores se vestían con mayor elegancia, o sea, imitaban figuras de la clase superior blanca o europea. Pero, además, fue la clase superior la que introdujo los primeros disfraces –europeos– en el carnaval, los que las clases inferiores adaptaron más tarde.

Al identificar al pierrot como el bufón supremo, Carr vincula este personaje del carnaval caribeño al personaje del payaso, bufón o tonto, de muy larga historia en la sociedad europea. Eva E. Neumann, en la Enciclopedia Merit, de 1985, dice lo siguiente:

Los tontos de Egipto, Grecia y Roma antiguos solían ser enanos, lisiados u otras personas con deformaciones físicas cuya apariencia grotesca supuestamente conjuraba la maldad... El bufón de la corte alcanzó su mayor prominencia en la Edad Media y el Renacimiento. Su disfraz oficial consistía en pantalones de muchos colores, chaqueta y gorra o cresta con forma de oreja de burro de la que colgaban campanas. Llevaba un cetro, el cetro del bufón, con una vejiga inflada a un extremo y una grotesca cabeza tallada al otro. Además de poseer un ingenio ágil y satírico, los bufones solían conocer de música y poesía... Los bufones más conocidos en literatura aparecen en las obras de Shakespeare, donde como carecen de posición y pretensiones sociales pueden decir la verdad de modo imparcial.

Muchas de estas características de vestuario y de papel se adecuan al pierrot que Carr y otros describen. Obsérvese que es la vejiga inflada que Neumann menciona como parte del traje del bufón lo que dio nombre al vejigante puertorriqueño, un personaje en varios sentidos similar al pierrot.

La palabra pierrot señala directamente a la versión francesa del bufón como fuente del personaje de carnaval en Carriacou, Granada y Trinidad, islas todas con una fuerte influencia francesa en su historia colonial. El pierrot francés se considera descendiente de un personaje de la Commedia dell’Arte italiana. En Francia fueron Jean-Baptiste Deburau (1796-1846) y su hijo Charles (1829-1873) quienes hicieron famoso a pierrot. El último lo convirtió en un personaje mimo triste de rostro blanqueado. El pierrot francés se describe como “un personaje de comedia con el rostro blanqueado, pantalones anchos blancos y una chaqueta con botones grandes, originalmente una figura de repertorio de la pantomima francesa.”17 El traje de este personaje francés se ilustra en las figuras 8 y 9. Los pantalones anchos de la cintura a los tobillos son comparables con los que lleva el vejigante de Puerto Rico, pero diferentes de los del djab y el pierrot de las islas del sur del Caribe.

Las presentaciones de compañías teatrales francesas en el siglo XVIII hicieron familiar la figura del payaso a los pueblos de las islas francesas. Sin embargo, las primeras máscaras de pierrot en el carnaval de Trinidad probablemente no aparecieron hasta mediados del siglo XIX o después. Pearse cita fuentes contemporáneas que dicen que en 1861 se produjo un declinar marcado en la magnitud del Carnaval y que los únicos disfraces que pueden mencionarse son “los fantásticos mummers que representan los pierrots continentales”18 Esta vinculación de los mummers ingleses con los disfraces de “falda” ancha (figura 10) y el pierrot continental puede interpretarse como la fusión de las tradiciones europeas dentro de un contexto caribeño. En St. Kitts y Nevis la tradición de los mummers también era fuerte, pero en su función más tradicional como festival navideño. Trabajadores emigrantes la llevaron de allí a la República Dominicana (figura 11), donde Nadal Walcot la interpreta del modo siguiente:

El “Momis” [Mummies]... cuenta la historia de los leñadores, durante el reinado del Rey Jorge VI de Inglaterra, que cuando regresaban a sus pueblos después de trabajar por 6 meses, recogían todos los regalos posibles para llevar a su familia y se presentaban ante su Majestad, vestidos de todos colores y un teatro de muchas fábulas, donde los hombres se vestían de mujer para escenificar la larga ausencia de sus mujeres, mientras otros representaban la famosa pelea a palos, demostrando la valentía de la noche frente a los animales salvajes.19

La interpretación de Nadal Walcot conserva algunos elementos clave –hombres vestidos de mujer, peleas a palos que exigen llevar un palo en la mano e imágenes de animales salvajes– que pueden verse en la imagen africana de la figura 1, con lo que se establece un sentido de continuidad.

DE PAYASO A GUERRERO

Mientras que en Trinidad el pierrot se identificó en la década de 1860, Day identificó antes un personaje hermano suyo, surgido de la misma fuente francesa y con anterioridad de la Commedia dell’Arte italiana. Al describir en 1847 el carnaval de Trinidad, decía: “Para los hombres, el personaje central era Pulinchinello, y casi todos los negros intentaban interpretar al Jack-pudding20 continental.”21

El personaje del Pulinchinello –que se convirtió en Punch en los espectáculos ingleses de “Punch and Judy”– pasó del italiano (figura 12) al Polichinelle francés (figura 13), que era jorobado y, según el Larousse (1965) difiere del “Pulcinella italien dont il tire le nom: celui-ci, vêtu de blanc, n’est pas difforme” (p.1618) el último, que iba vestido de blanco, no era deforme”. Como resultado de la similitud de vestido –traje blanco– y de otras causas, lo que parece haber ocurrido fue que el personaje del Polichinelle pasó a llamarse pierrot en las islas caribeñas, demostrando de ese modo fusión y adaptación europeas ulteriores del personaje.

Se decía que el personaje del Polichinelle era “braillard et querelleur” (escandaloso y pendenciero), características coherentes con el papel de “guerrero” del pierrot del carnaval caribeño. El traje del Polichinelle –pantalones a la rodilla, medias largas, peto y palo– fue adoptado por el pierrot del carnaval caribeño y estos rasgos se vieron como elementos del traje de guerrero y militar contemporáneo. El peto, por ejemplo, se convirtió en una característica popular y perdurable y su prominencia en la figura 14 muestra que apenas es posible distinguir entre los personajes del diablo y el payaso. Es también bastante evidente que el disfraz de neg jardin (figura 15), según lo presenta Brunias en 1779, fue una fusión de los del Polichinelle (figura13) y el combatiente con palo (figura 16). En las figuras 14 y 15, el peto se hizo más estilizado y tomó forma acorazonada.

Carr dice que en la primera década del siglo XX, el pierrot era un enmascarado principesco y atractivo y un tremendo combatiente.22 Si dijo que el pierrot de los carnavales de Granada y Trinidad tenía aspecto principesco es porque llevaba un traje que él interpretó como de príncipe, lo que estaba en conflicto con la idea del pierrot como payaso con traje de payaso. Para explicar esta evidente incoherencia, Carr cita una interpretación de 1952 de la etimología de pierrot y paywo, que veía la palabra como surgida de pays roi “rey de país” e indica por tanto que el nombre del personaje en los carnavales locales fue obra de escritores sin conocimientos del tema. Sin embargo, la derivación que acepta de pays roi es improbable, porque el orden de las dos palabras no es típico del francés ni del créole francés.

Otra diferencia entre el payaso y el guerrero es que el guerrero era parte de un grupo o director de este. Pearse explica este grupo como derivado de la realidad de la plantación y cita a un corresponsal anónimo del Gazette de Port of Spain de 26 de marzo de 1881 que examina el origen de “Canboulay” o “Cannes Brulées” en la década de 1820 de la siguiente manera:

...los caballeros adoptaron los de “nègres de jardin”, o, en creole, “nègre jardin” o trabajadores agrícolas. En ese traje,los caballeros solían participar en la “bamboola”, la “giouba” y la “calinda”... Estos falsos nègres de jardin solían unirse en grupos, que simbolizaban las dotaciones de distintas haciendas, y con antorchas y tambores representaban lo que ocurría en realidad en éstas cuando se producía un incendio en una plantación.23

Hill presenta el palo que llevaba el pierrot como parte de la rivalidad entre grupos: “A partir del siglo XVIII, las haciendas rivalizaban entre sí en las peleas con palos. Esta idea de territorialidad fue llevada a las ciudades luego de la emancipación y así, en el carnaval y en otras ocasiones, se producían intensas hostilidades entre los barracones.”24

David, hablando de Carriacou a principios del siglo XX, relaciona las bandas a las aldeas, pero no las vincula a ninguna rivalidad seria precedente:

En los primeros años de este siglo, los Pierots guerreaban unos contra otros... Eran hombres y niños que representaban héroes del norte de la isla o Banroys del sur y el este. Combatían unos contra otros el martes de carnaval. Aproximadamente una semana antes del carnaval, se escogían los reyes de cada aldea... al fin, el rey del Norte llevaba a sus hombres a Hillsborough para luchar contra el rey del Sur y sus partidarios.25

Estas explicaciones de Pearse, Hill y David presentan la unión del neg jardin, el combatiente con palos y la banda que en la mascarada acompaña a pierrot.

Sin embargo, el cambio del neg jardin, en el contexto de Canbolay, de un grupo para sofocar un incendio en una plantación a un rey que dirige a su facción para combatir contra otra no fue necesariamente una innovación contextual o interna espontánea. Es probable que surgiera a partir de los sucesos de Haití, que en un tiempo habían dado origen a una gran migración a Trinidad. Muestra también el nivel de la transmisión de ideas y los contactos oficiosos entre los territorios de habla créole francesa que se desarrollaron como consecuencia de la Revolución haitiana y la migración al sudeste de personas procedentes de Haití.

En su detallado volumen de la historia de Haití, Madiou escribió lo siguiente:

Era 22 de febrero (de 1846) y el carnaval iba a comenzar; la población de Port-au-Prince estaba muy inquieta y en general dispuesta a armarse contra el gobierno de Pierrot. Al día siguiente, el comandante de la plaza hizo anunciar, mediante una publicación, que se emprendería una marcha general contra la parte Este.

El descontento se hizo más manifiesto; los enmascarados vociferaron contra Pierrot y, además, imitaron su voz, sus gestos, su andar...

Louis Pierrot (figura 17), que había dirigido un grupo de combatientes en la primera etapa de la Revolución, había pasado a coronel, luego a general y después a presidente de la República de 1845 a 1846. Era cuñado de Henri Christophe, quien había nacido en Granada y había sido llevado a Haití de niño. Para cuando fue presidente de Haití era un anciano con indicios de senilidad. De inmediato se hizo impopular como presidente y su conducta, evidentemente la de un pomposo general militar, era muy fácil de caricaturizar, como se hizo en el Carnaval de 1846.

Al parecer, esta inusual combinación de mascarada carnavalesca y manifestación política fue noticia fuera de Haití e hizo tan prominente y de actualidad la presentación de Pierrot que esta pasó a ser parte de los carnavales de Granada y Carriacou. Incluso cuando Granada había pasado a ser británica, es probable que el hecho de que un ex esclavo granadiense –Christophe– se convirtiera en gobernador absoluto de Haití constituyera un elemento poderoso en las mentes no sólo de los gobernantes británicos en Granada, sino también de los antiguos esclavos. Las acciones del cuñado de Christophe también eran tan importantes para los granadienses que se incorporaron a su suceso cultural de mayor importancia.

La estructura de speech mas con pierrots ha incluido tradicionalmente grupos estructurados con reyes que representan distritos que luchan con otros grupos similares. Esta estructura constituye un paralelo muy cercano a la realidad haitiana del momento: Pierrot se sentía más seguro en el norte, se mudó allí y proclamó a Cap Haitien la nueva capital de Haití. Amenazó a los dominicanos al este y al fin fue depuesto por Riché, quien controlaba Port-au-Prince. Que el “rey” de una región desafiara a otro no era, pues, una fantasía, sino estaba tomado de la realidad haitiana. Representó no sólo una conversión de un grupo que apagaba un incendio en una facción política, sino también la conversión del pierrot “payaso” en un pierrot guerrero, a través del nombre de Louis Pierrot.

En los cincuenta años siguientes, con la disminución del contacto entre Haití y otras islas al sur, el elemento del Pierrot haitiano se olvidó, de modo que en las referencias de Carr a los pierrots en la primera década del siglo XX no se menciona la conexión con Haití. Carr supuso que el pierrot –principesco– había llegado a Granada de Trinidad, pero la conexión directa entre Haití y Granada indica que Granada pudo haber desarrollado primero el pierrot “guerrero”. Es probable que los acontecimientos de Haití fueran un catalizador en la transformación del paywo de payaso en guerrero. Fue la fusión de elementos de una tradición francesa, una situación política y un suceso cultural haitianos, una tradición británica y una tradición africana, en el contexto del carnaval en islas que pasaron del dominio francés al británico.

En cuanto al traje de pierrot, una similitud y, por tanto, un reforzamiento de la situación haitiana fue el traje del rey/emperador “guerrero”: sombrero ancho, chaqueta larga hasta las rodillas, pantalones hasta las rodillas, medias hasta las rodillas, según aparece en el traje oficial de Toussaint L’Ouverture y los líderes haitianos que le siguieron. Por otra parte, Carr señala que cuando el pierrot llevaba blanco –que en realidad es el color tradicional francés para el pierrot– se llamaba Baker.27 Baker pudo muy bien haber sido la anglicanización de beke, del créole francés, “blanco/blanco de clase alta” o, incluso si etimológicamente no lo fue, las dos palabras pudieron no haber diferido en las mentes de quienes las empleaban. El traje que llevaban las figuras blancas de autoridad en la plantación, así como de algunas figuras militares y policiales, era blanco. Además, desde los primeros tiempos, los propietarios de plantaciones inglesas se hacían llamar Capitán o Coronel y creaban la impresión de haber combatido y ganado batallas o, al menos, de perpetuar la imagen de los capitanes y coroneles que lo habían hecho. Abrahams dice, por ejemplo, que “las compañías teatrales que abundan en Navidades y en el carnaval estaban igualmente organizadas en torno a un ‘capitán’”28

En el contexto del esclavo y de las antiguas colonias esclavistas, el instrumento de autoridad era el látigo, mientras que para los esclavos y sus descendientes el arma de combate cuerpo a cuerpo era el palo. El papel central de los palos y los látigos en la vida social de las Antillas se examina en Abrahams y, de hecho, afirma que había una transferencia directa de la vida social a la presentación cultural: “Nada disfrutan los participantes y el público más que una pelea y si ésta es física, el interés y la hilaridad alcanzan su punto superior. Estas batallas, en que muchas veces se emplean palos o látigos como armas, suelen pasar a las presentaciones tradicionales.”29

Mientras los palos, látigos y golpeaduras son parte de las presentaciones culturales de muchos territorios, en el caso del paywo y del speech mas de Carriacou hoy, la forma en que se golpea –en los hombros– se encuentra muy cerca de la de un maestro que azota a un alumno de mal desempeño escolar. Esto muestra a las claras que las palizas tradicionales de los payasos, que pasaron a ser el látigo del esclavista o la espada del soberano heroico, se convirtieron en la varilla del maestro.



EL PIERROT COMO EL “ORADOR”

Un sentido en que el paywo no es descendiente directo del pierrot francés es que este último, según lo interpretaban Debureu y su hijo, era un mimo y, por ende, mudo. En cambio, el paywo puede considerarse una versión de lo que Abrahams llama “el orador de las Antillas”. El paywo caería en la categoría de Abrahams de “buen conversador” y, de modo más concreto, en Abrahams sería el orador, un personaje central en una mascarada de carnaval, que debía representar a los héroes: figuras militares, guerreros. Abrahams pasa a decir: “La mayoría de estos contextos exigen la interpretación de una serie de piezas preparadas de antemano por cada virtuoso y seguidas por una “batalla” improvisada.”30

Aunque Abrahams observa el valor de la elocuencia en muchas culturas africanas, vincula al “orador” a características concretas del folklore británico, cómicos de la legua –en la temporada navideña– que existen principalmente para presentar dichas competencias de ingenio, o sea, obras de combate ritual en que el diálogo entre los combatientes se presenta en un lenguaje elaborado. En este tipo de marco, el foco se encuentra en el pierrot como continuidad cultural y, en este caso, continuidad cultural principalmente británica.

Como relata Carr, al principio la lengua del pierrot fue créole francés y su tema, para demostrar su erudición y clase, eran los “métodos y cultivos hortícolas y asuntos políticos, sociales y económicos... los rudimentos de la gramática inglesa... la ortografía de las palabras”.31 Más tarde, cuando la lengua de pierrot –en consonancia con la de la isla– pasó al créole inglés, sus temas, según explica Carr, fueron: “...la memorización de partes de la historia de Inglaterra con grandes reyes y sus hazañas guerreras... la historia general... frases de personajes shakespearianos como Julio César, Bruto, Marco Antonio, Otelo, así como fragmentos de literatura clásica inglesa.”32

El desarrollo de los temas refleja la amplitud de la educación general en las diversas clases sociales a fines del siglo XIX y principios del XX, así como la promoción del tipo de literatura que mejor fomentó la imagen de la nobleza inglesa y europea como modelos que debían ser imitados. Estos temas se escogían y presentaban como material que se recitaba y presentaba en las escuelas.

El paso a frases de Shakespeare dio lugar a cambios en el pierrot de Trinidad, sobre todo en su traje. El pierrot ahora se parecía más al guerrero clásico que interpretaba, al tiempo que conservaba algunas de las características tradicionales del pierrot. Una comparación del pierrot de la figura 18 con el soldado romano (figura 19) y el guerrero normando (figura 20) muestra que el pierrot conservaba el peto en forma de corazón y la espada en la mano, pero cambiaba los pantalones hasta la rodilla por una “falda” hecha de armadura en escamas, según aparece en el traje del guerrero normando (figura 20). La forma de las escamas era la de las figuras tradicionales de payaso/jab (figura 14). En lugar de medias hasta la rodilla, el pierrot tenía ahora pantorrillas acordonadas como las de los soldados normandos y romanos. En Carriacou no se produjeron estos cambios, pues allí se mantuvo el traje tradicional del guerrero con modificaciones en el elemento que cubría la cabeza para soportar los golpes.

Es probable que, según el pierrot se apartaba de su figura original de payaso francés y según la fuente del personaje y el significado de la palabra se oscurecían en las mentes de quienes intervenían en la mascarada, el personaje adquiriera asociaciones semánticas que reflejaran las actitudes del “orador”. Una asociación tal es la relación de la palabra paywo con parrot (cotorra). Irónicamente, se dice que la palabra inglesa parrot procede de la francesa parroquet –o de una versión anterior de ella– la que, a su vez, se dice que se deriva del nombre Pierre, que también es la fuente de Pierrot. El paywo y el pierrot no están vinculados sólo etimológicamente, sino que la interpretación en la mascarada puede considerarse como de cotorra ya que, como ocurre con el inglés empleado en estas presentaciones en las Antillas, al imitar, el que habla no siempre comprende plenamente el significado y la importancia de las palabras que pronuncia. Y esto no es sólo especulativo, porque un significado de la palabra paywo en Carriacou es “sinsonte”.33 De hecho, se dice que una de las figuras disfrazadas en la República Dominicana, que recuerda al vejigante de Puerto Rico, es el perico ripiao. La palabra española perico tiene como diminutivo periquito, que guarda relación con parakeet del inglés y perroquet del francés. Perico también es el diminutivo coloquial de Pedro, que en francés es Pierre, de donde se deriva Pierrot.

Otra posible asociación semántica de la palabra paywo es con el verbo perorer (francés)/perorate (inglés). Aunque sería difícil sustanciar una verdadera conexión entre el personaje de carnaval y un verbo aislado, el factor común de significado en ambos puede haber pasado a ser parte de la conciencia de algunas personas. Esta coincidencia parcial pudiera haberse hecho posible sólo cuando las frases de la literatura inglesa dominaron la presentación de pierrot.

CONCLUSIÓN: ADAPTACIÓN Y CONTINUIDAD

El pierrot del Caribe ha sido un payaso, un guerrero y un orador. En sus muchos aspectos, siempre ha reproducido elementos de su pasado ancestral africano: los cuernos, la máscara, el palo en la mano, la falda. Por otra parte, su pasado fue desapareciendo en la transformación de su presente. Sin embargo, conservó su primer nombre europeo –que difería de los de sus parientes, el vejigante y el perico– como para decir que él también tenía una historia importante. Es probable que en la pequeña Carriacou no sea tan retrasado y apartado como cabría pensar, pero en sus diversas manifestaciones en el Caribe se adecua al mundo postmoderno contra el que Harris advierte:34 “...el mundo de personas descentradas, difractadas y dójicas con identidades transparentes y en cambio constante que a) define la identidad personal en la cultura postmoderna y b) representa como agentes los rasgos de lo que las personas son.”

Traducción del inglés María Teresa Ortega

7 comentarios:

Liliana Celeste Flores Vega dijo...

me quedé sin pestaña despues de leer tremendo rollo XD... pero buenisima información ^^

Mary dijo...

Si, a mi tb me pareció demasiado interesante como para hacerle solo un link en la barra izquierda...
Me has sorprendido, así que te doy un pierrot-punto por quemar pestaña... felicitaciones!

Liliana Celeste Flores Vega dijo...

Me gusta el tema... no es sorpresa que me leyera todo el rollo. Gracias por el pierrotpunto ^^

Encontré esto que me pareció curioso, una compañia de anime que se llama pierrot:

http://es.wikipedia.org/wiki/Pierrot_(animaci%C3%B3n)

Koi Cciatranne dijo...

jo jo jo jo
yo no lo leyiiiii

A ver si lo hago de a pocos, pero yo lo hubiera fragmentado en 3 post por lo menos, para no traumar al personal.

Mary dijo...

Ah, si... es un problema, cada vez que pongo Pierrot en el buscador de imnágenes, me salen capturas de las animaciones de ese estudio...
Si lo hubiera fragmentado, igual no lo leerías, Lucita =P
Es más, todavía yo no lo he terminado de leer bien XDXDXDXDXDXD

Koi Cciatranne dijo...

para capturar mi atención tendrías que poner rajes sobre Pierrot que es un loser muerto de hambre, que la puta de la colombina le pone los cuernos con el maladetto del arlequín, y encima el muy HDP se hace pasar por su amigo. Entonces el Pierrot decide enamorarse de la luna que es inalcansable para sublimar su dolor, pero cae en la depresión igual, toma trago barato por las esquinas, dándo lástima, pero la gente lo ignora porque están en pleno carnaval, y amanece morido debajo del puente, al parecer, víctima de sobredosis.

Juas juas juas

Elita dijo...

Pe-pe-pe-pero si esa es su historia... pero no me gusta para nada...